Querido tú:
Tal día como hoy,
recuerdo como solía ser la vida contigo. Ahora qué puedo decir. Tu ausencia empieza a pesar. Todo aquello que vivimos, tan insensato como tú, a menudo vuelve para torturarme. Sin calma ni prisa. Desconozco si en algún
momento perdido de uno de esos días inexistentes habrás dicho: "Hey chica,
ya no es lo mismo sin ti". Probablemente no. Puede que quizás, como
siempre, no quieras pagar tanto, ni siquiera una vida entera. Se te echa de
menos, ya sabes. Nada ha cambiado desde que te fuiste.
Solo que no volverás
los lunes.
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